Cada año, los océanos del mundo pierden unos 100 millones de tiburones debido a la caza humana. ¿El gran problema? Los científicos no saben cómo recuperar la población.
Como depredador ápice, los tiburones regulan a los depredadores más pequeños en la cadena alimentaria, ayudando a garantizar que el ecosistema de los océanos se mantenga equilibrado y estable. Por desgracia, la población mundial de tiburones ha disminuido en un 90%, lo que significa que comprender y proteger a los tiburones está seriamente en peligro. Por eso OCEARCH, una organización sin ánimo de lucro creada para cambiar la forma en que la comunidad científica estudia los grandes animales oceánicos, está interesada en estudiar los tiburones. "Si no tenemos muchos tiburones grandes, no habrá pescado para que coman nuestros hijos", señala Chris Fischer, fundador de OCEARCH. "Son el león del océano, son los que mantienen el equilibrio".
Cuando el equipo OCEARCH marca tiburones, utiliza ecógrafos Sonosite para escanear a las hembras en busca de información sobre el embarazo. Al visualizar en qué momento de su ciclo reproductivo se encuentran las hembras, los científicos pueden empezar a encajar las piezas de cómo viven los tiburones. Al recopilar más información sobre dónde migran, se aparean y crían los tiburones, los científicos y los responsables políticos disponen de los conocimientos necesarios para crear planes que gestionen y protejan las poblaciones de tiburones para las generaciones futuras.
"Si no tienes datos, no puedes hacerlo", afirma Fischer. "Se trata de crear datos y tener la voluntad de aprovechar esos datos por el bien futuro de todos."
El equipo de OCEARCH utiliza el Sonosite Edge II
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