Dr. Jose Luis Vazquez Martinez

Los médicos de la unidad de cuidados intensivos pediátricos con ocho camas del Hospital Ramón y Cajal en Madrid utilizan la ecografía en el punto de atención de forma frecuente para evaluar el estado de los niños en estado crítico, y la consideran imprescindible para su trabajo. El Dr. José Luis Vázquez Martínez, jefe de la sección de medicina intensiva posoperatoria en el Hospital Ramón y Cajal, cuenta con 25 años de experiencia en medicina intensiva pediátrica. Últimamente ha descrito cómo su departamento utiliza la ecografía en algunos de los pacientes más pequeños.

La ecografía en el punto de atención (POCUS) se utiliza frecuentemente en nuestra sección, lo que permite una valoración global de los niños en estado crítico, especialmente durante el posoperatorio de pacientes con afecciones cardíacas, respiratorias u oncológicas, así como en aquellos que reciben un tratamiento contra la sepsis o politraumatismos. POCUS no solo permite un diagnóstico inicial, sino también observar de forma rutinaria el tratamiento y así comprobar si el estado del paciente cambia o no, lo que permite emplear estrategias alternativas en caso de que no haya mejora.

POCUS ayuda a los pediatras de muchas formas. Por ejemplo, las ecografías permiten evaluar el estado hemodinámico de un paciente, valorar la actividad cardíaca y la volemia para comprobar si estos factores están contribuyendo a la insuficiencia respiratoria. Por el contrario, los doctores pueden ver si existe alguna dolencia pulmonar, como la neumonía, que afecte al corazón. En un paciente en coma por politraumatismo, la ecografía se usa para detectar signos de hemorragia (un posible motivo de anemia sin causa aparente) y evaluar la presión intracraneal. En niños con problemas de tensión arterial, también se utiliza para verificar la función renal y visualizar los indicios intestinales de sepsis. Además, la guía ecográfica se puede utilizar para la intubación endotraqueal.

En resumen, muchas más aplicaciones de las que teníamos hasta hace poco. Durante más de una década hemos utilizado la ecografía en nuestra unidad de cuidados intensivos, siempre con equipos Sonosite y actualizándolos a medida que se han ido introduciendo nuevas tecnologías. Al principio, cuando mis conocimientos eran más limitados, el objetivo era realizar una ecocardiografía clínica, pero cuando el asesor Sonosite me mostró la sonda lineal y las distintas técnicas disponibles, era como si me hubieran enseñado la electricidad después de utilizar velas. Fue increíble, un verdadero punto de inflexión en el uso de la ecografía. Todos lo reconocieron como un paso hacia delante en el mundo de los cuidados intensivos pediátricos.

 

Para los pacientes, la principal ventaja es la reducción de exposición de radiación. Antes de la ecografía, se realizaban dos o tres exploraciones radiológicas durante los primeros días de ingreso para determinar la causa del problema, a menudo con escaso éxito. Gracias a la ecografía, podemos escanear a los pacientes tantas veces como lo necesitemos, aplicando un tratamiento y observando sus efectos, sin exponer al niño a más radiación.

En la unidad de cuidados intensivos es fundamental disponer de un ecógrafo (no existe nada que nos proporcione tanta información y de una forma tan rápida y no invasiva). Hoy en día disponemos de un ecógrafo Edge II especializado que cuenta con una sonda lineal, una sonda en palo de hockey y transductores cardíacos para pacientes adultos y pediátricos. Hace un tiempo, otra empresa de ecografía me dijo que vendían estos dispositivos, pero no ofrecían formación. Eso es tener poca vista, ya que la formación es muy importante. El Hospital Ramón y Cajal es el pionero en toda España en el uso del ecógrafo en la unidad de cuidados intensivos. Asimismo, fue el primer hospital en ofrecer cursos de formación externa a médicos de otras especialidades, inicialmente centradas en la ecocardiografía clínica. Con el paso del tiempo, se ha ido expandiendo e incluye observación neuronal, pulmonar y abdominal.

Conseguí experiencia en ecografía mediante una combinación de formación externa en ecografía en pacientes adultos y aprendizaje práctico. Soy en gran parte un autodidacta. Si hubieran existido cursos como estos cuando empecé a utilizar el ecógrafo, me habría ahorrado mucho tiempo. Hoy en día podemos ver un auge en el uso del ecógrafo en los cuidados pediátricos. Proporciona información inmediata de forma no invasiva en situaciones en las que el tiempo es fundamental. Nuestro consejo a aquellos que asisten a nuestros cursos y no tienen (o tienen que compartir) un ecógrafo es que le digan al gerente de su hospital que, al igual que un respirador, un ecógrafo es un aparato básico en la unidad de cuidados intensivos.

 

Más información de la ecografía Sonosite en pediatría 

El Dr. James Bennett, médico especialista en anestesiología en el Hospital infantil de Birmingham, comenta que el debate se ha trasladado de si se debe utilizar la ecografía para el acceso vascular a quéinformación y garantías de seguridad puede proporcionar, especialmente en pediatría