Dr. Ben LaBrot lectures about patient care at Floating Doctors headquarters in Panama.

Dr. Ben LaBrot, fundador de Floating Doctors

Recientemente, durante mi visita a los Estados Unidos, acudí a una sala de urgencias con un familiar que presentaba síntomas generalizados (dolor abdominal y torácico).

Nada más llegar, el médico adjunto solicitó toda una serie de pruebas—un hemograma completo con fórmula leucocitaria, una prueba de coagulación (dímero D), VSG y proteína C-reactiva, un perfil metabólico completo, un hepatograma, un hemocultivo, un análisis de orina, una radiografía de tórax, un ECG, una ecografía abdominal y una revisión médica y quirúrgica. 

Enseguida sentí gran preocupación por el reto de ejercer la medicina en un entorno con recursos limitados.

Qué lujo es acudir a urgencias, cerca de casa, en coche y disponer de todas esas pruebas más o menos a mano.

En las zonas más lejanas donde ejerce Floating Doctors nos enfrentamos con dos retos principales en lo referente a las pruebas médicas:

  1. La primera es el coste: a veces, la única opción es pagar a un centro privado para que nuestros pacientes se las puedan realizar, lo que incrementa rápidamente los costes por paciente. Esto puede resultar limitante en lo que se refiere a los cuidados que podemos coordinar para nuestros pacientes, quienes, de otra manera, apenas tienen acceso real a estos servicios.
  2. En segundo lugar está la logística: además del coste de tiempo, los gastos por desplazamiento y las dificultades de poder organizarlo todo sin un teléfono móvil, los pacientes de las zonas más alejadas se pueden ver comprensiblemente intimidados por tener que viajar por todo el país hasta las ciudades para realizar esas pruebas. Es posible que no hablen español; algunos solo hablan su dialecto autóctono e incluso puede que tengan que enfrentarse con la discriminación. Puede que les roben o se aprovechen de ellos durante un viaje en solitario, o incluso que los agredan sexualmente. Y lo peor es que todas esas pruebas que nosotros obtuvimos cómodamente en la sala de urgencias, pueden implicar múltiples visitas a distintas ciudades por todo el país. Eso significa muchos viajes largos desde zonas lejanas, organizando el cuidado de sus hijos con la familia mientras se encuentre fuera. Estas situaciones no son viables para todos los pacientes que acuden con dolor abdominal o torácico a nuestro consultorio de Floating Doctors.

Cuando trabajamos en aldeas lejanas que puede que no tengan acceso a la electricidad, necesitamos técnicas que eviten solicitar pruebas médicas que nosotros mismos organizamos para nuestros pacientes. Dependemos en gran medida de lo que llamamos "los tres diagnósticos" para priorizar los exámenes que hay que realizar: 

  1. Antecedentes médicos y reconocimiento físico completo
  2. Consulta de telemedicina
  3. Ultrasonido

Me acuerdo de un típico (demasiado típico) caso que Floating Doctors atendió en Panamá: un bebé con bajo peso y retraso en el crecimiento. La anamnesis y el reconocimiento físico no reveló ninguna causa obvia del problema y antes de remitir el caso a nuestro servicio de telemedicina para solicitar una opinión, realizamos una ecografía. 

Al poder confirmar categóricamente que el corazón, los riñones, el hígado y el bazo se mostraban normales, inmediatamente se redujo el número de posibles pruebas que necesitaríamos priorizar. Se tomó la decisión de observar de cerca y asistir a la madre y al bebé. Afortunadamente, el bebé empezó a recuperar fuerzas gracias a una alimentación más enérgica y evolucionó favorablemente.

En este caso, la ecografía nos ayudó a ahorrarle muchos días de viaje agotador y los riesgos que conlleva, ya que habría resultado devastador tanto para la madre como para el bebé. 

Este es solo un ejemplo de cómo la ecografía puede proteger la salud de un paciente. Las imágenes nos proporcionaron la capacidad de descartar posibles problemas que hubieran requerido pruebas adicionales y, por tanto, poder mantener al bebé cerca de casa. Esto es lo que, literalmente, le ha salvado la vida.

El Dr. Ben LaBrot y su organización, Floating Doctorsatiende a miles de pacientes en áreas aisladas de América Central y Haití.